Enfermedades de transmisión sexual



El mundo de las Enfermedades de Transmisión Sexual es muy amplio. Con esta entrada sólo pretendemos dar un poco de luz y, quizás, impulsar a nuestros lectores a informarse mas profundamente sobre el tema.
Las ETS son un conjunto de afecciones clínicas infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona por medio de contacto sexual que se produce, casi exclusivamente, durante las relaciones sexuales, incluido el sexo vaginal, el sexo anal y el sexo oral; también por uso de jeringuillas contaminadas o por contacto con la sangre, y algunas de ellas pueden transmitirse durante el embarazo, es decir, de la madre al hijo.
Sexo con protección
La manera más efectiva de prevenir las infecciones de transmisión sexual es evitar el contacto de las partes del cuerpo o de los líquidos que pueden provocar que se transmita un microorganismo.
Los condones solamente proporcionan protección cuando se utilizan correctamente como barrera desde/hacia el área que cubren. Están diseñados, probados y manufacturados para no fallar nunca si se usan apropiadamente, pero el condón nunca es un cien por cien seguro.
El uso apropiado exige:
  • No poner el condón demasiado firme en el extremo, dejando 1.5 cm en la extremidad para la eyaculación. Si se coloca el condón muy apretado, es muy probable que falle.
  • Usar un condón nuevo para cada encuentro sexual.
  • No usar un condón demasiado flojo, pues puede hacer fracasar la barrera.
  • No voltear el condón después de haber terminado, aunque no haya habido eyaculación.
  • No usar condones elaborados con sustancias diferentes al látex y el poliuretano, pues no protegen contra el VIH.
  • Evitar dejar el condón en el calor porque pueden desgastarse.
  • Evitar el uso de lubricantes basados en aceite (o cualquier cosa que contenga aceite) con los condones de látex, ya que el aceite puede hacer que se rompan.
  • Evitar el uso de doble condón, pues la fricción entre ambos puede hacer que se rompan.




 

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